Llaman, y no es cierto, la generación
mejor preparada de la historia de este país a esos miles de licenciados universitarios
que están en paro, o que han tenido que emigrar para buscarse las habichuelas.
Los que vienen detrás, criaturas que ahora naufragan en la adolescencia, constituyen
la generación más autista de la historia: su ocio discurre pegado a la pantalla
de un teléfono móvil, o un ordenador, visionando telebasura enlatada o
alucinando con esa memez que son los youtubers. No hay diálogo con el entorno y
de tanto en tanto emiten sonidos guturales que pretenden ser una carcajada o una muestra de espanto. Por fortuna, y pese
a ese autismo, no necesitan un colegio especial, ya que los normales se adaptan
perfectamente a su rico mundo interior. Menos mal, así el dispendio de los
padres no es elevado. Tienen, como el móvil, tarifa plana.
lunes, 14 de noviembre de 2016
martes, 8 de noviembre de 2016
En silencio
La vi entrar en el restaurante y
pensé que era ella: su mismo cuerpo, igual cara, idéntica esbeltez. Pero tras
observarla detenidamente durante más de una hora y a corta distancia, tuve que
desechar la idea. No era ella, pero por el parecido físico y la edad, más de
cuarenta, o frisando en unos cincuenta increíblemente llevados, me consolé
pensando que podría ser su gemela. En cualquier caso, me enamoré de ella como
lo hice de su hermana hace ya años, en silencio, que es la mejor forma de
enamorarse: con discreción y sin la posibilidad de la decepción del desamor.
Aunque verla abandonar el local me provocó una punzante melancolía que tuve que
diluir en mi copa, pero eso ya es un clásico, nada irreparable.
viernes, 4 de noviembre de 2016
Muerte estúpida
Ante la muerte de una niña de 12
años por hacer botellón, surgen preguntas punzantes, hirientes: ¿qué hacían sus
padres en el momento en que su hija se intoxicaba mortalmente? ¿cómo son sus
padres? ¿fueron engañados por su hija y creían que hacía otra cosa? ¿qué
sociedad es aquella que hace que niños de esa edad sientan más interés por
beber alcohol que por leer un libro de Los
cinco, o que sus padres, al menos, no les inciten a esa lectura? Morir joven
siempre es estúpido, especialmente si es
por un accidente evitable, pero esto es un asesinato que no tendrá condena.
Otro crimen impune.
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