Si ya es lamentable tener que comer fuera de casa cuando realmente no apetece sino que es una exigencia del guión, si además se hace cuando ya es un poco tarde y el menú tampoco es nada del otro mundo y el plato que más apetecía ha sido ventilado por los que llegaron antes que tú, el remate se produce cuando en el comedor, y una vez iniciado el yantar, un camarero de otras latitudes enciende la televisión y pone a todo volumen los 40 Principales, sección latina. ¿Tomará café el señor? Tomaré por culo.
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