No deja de ser curioso que con un
presidente negro al mando del Air Force One hayan vuelto aquellos disturbios
raciales de otros tiempos. Claro que también parece haber unanimidad en que
Obama es el peor presidente de la historia americana. Estamos ante una cuestión
de estadística pura y dura. Los negros
delinquen más que los blancos y más que otras minorías raciales que allí se
asentaron, luego es más normal que sean ellos los que más enfrentamientos
tengan con la policía. A partir de ahí, si el negro va armado o el policía, que puede ser otro negro, es
de gatillo fácil, el drama está servido. Enterrado el muerto, empiezan los
disturbios, generalmente promovidos por blancos con mala conciencia, que casi
siempre son gentes con buena posición social y económica, lo contrario que los
negros. Y así seguiremos. Al final, el sueño de King solo lo ha alcanzado
Obama.
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